martes, 29 de diciembre de 2009

La Responsabilidad Social Empresaria, una nueva forma de vivir de las organizaciones

En esta oportunidad les propongo que podamos reflexionar sobre la importancia y el significado de la Responsabilidad Social Empresaria (RSE), como una nueva forma de vivir de las organizaciones, y al mismo tiempo, como proceso y realidad que debemos comunicar los profesionales de las relaciones públicas. En esta publicación, nos avocaremos al aspecto social de la RSE, aún así, no debemos olvidar que esta práctica responde a una triple línea de resultados que he de definir más adelante.

En primer lugar, considero importante hacer una breve reseña del surgimiento de este fenómeno que aspira a convertir a las empresas en algo más que simples productores de bienes y servicios. De esta manera los invito a pensar con una lógica de “pasado vs. presente”. En el “pasado” ubicaremos el paradigma utilitario de las organizaciones. Aquí, las empresas que formaban parte del sector privado, cumplían sólo con las funciones que de ellas se esperaba: generar bienes y servicios de valor, crear puestos de trabajo, cumplir con la legislación que regula su funcionamiento e invertir parte del excedente que generan. Por consiguiente, se veían obligadas a rendir cuenta de sus actividades sólo a sus accionistas (shareholders), demostrando el estado de la empresa en materia de lo ya mencionado. Podemos definir esta vinculación empresa- accionistas, como contrato económico que las organizaciones obedecen dado que hay otros que así se lo exigen.

Por otra parte, en el “presente”, podemos ubicar el paradigma de la RSE. Aquí las empresas deben cumplir con las mismas funciones que en el paradigma utilitario, mas son estimuladas interna y externamente a llevar a cabo su actividad, dando lugar al desarrollo sustentable. Esto significa desenvolverse de forma responsable, ateniendo a una triple línea de resultados: económicos, sociales y medioambientales. Esta nueva exigencia, lleva a la ruptura del contrato puramente económico, transformándolo en un contrato económico-social. Así, las organizaciones deben rendir cuentas a los diversos grupos de interés (stakeholders), que pueden verse afectados por su accionar. Lo que implica atender las necesidades de una amplia gama de interesados que puede ir desde empleados y asociaciones civiles, hasta consumidores y la comunidad en la que la empresa se desarrolla.

De esta manera podemos decir que la RSE, responde al reconocimiento del nuevo paradigma de negocios, que está surgiendo y ya forma parte de la cotidianeidad de las grandes empresas y grupos económicos. El nuevo contrato económico-social, implica que el sector privado pueda llevar adelante iniciativas que beneficien a la sociedad. Las mismas pueden ser diseñadas o ejecutadas, con ayuda de ONG’s o del estado, dado que propone nuevas reglas de interacción entre las organizaciones privadas con fines de lucro, el estado y las organizaciones privadas sin intención de lucro. Las diversas vinculaciones que de esta triangulación surjan, tienen como objetivo fundamental hacer un aporte significativo al bienestar de la sociedad.

Por último es importante aclarar que estas acciones no deben ser asociadas a la beneficencia o donaciones, púes deben formar parte de la estrategia organizacional, dando origen a programas inteligentemente diseñados, para cumplir con una función social responsable.

En la próxima columna desarrollaré el aspecto ambiental de la RSE, con la finalidad de que con el paso del tiempo, podamos embarcarnos en un análisis mucho más profundo de todos los aspectos que conforman a esta nueva práctica de las organizaciones. Espero que les haya interesado el tema y hagan grandes aportes mediante sus comentarios. Hasta la próxima!

Lic. Melisa Mohoric