domingo, 26 de octubre de 2008

Superhéroe necesita de las relaciones públicas

Estoy muy contenta de poder escribir sobre un película que ayer renovó mis esperanzas. Luego de ver Sex and the City, en donde el papel de una relacionista público no “educa” sobre lo que es nuestra profesión (por lo menos así lo vemos los que estudiamos varios largos años en una institución educativa) llegó Hancock.

Les soy sincera. Cuando se estrenó en el cine no me interesó, ya que por la difusión pensé que era una simple película de superhéroes al estilo Superman. Pero después que varios colegas la recomendaron como un aporte valioso a nuestra profesión, decidí verla.

Para aquellos que todavía no tuvieron la posibilidad de verla les dejo un breve resumen del argumento:

Hancock es una película de superhéroes, protagonizada por Will Smith y dirigida por Peter Berg. La historia gira alrededor de John Hancock, un superhéroe odiado por la gente con problemas de alcoholismo que, con ayuda de un experto en relaciones públicas Ray Embrey (Jason Bateman) intentará reconciliarse con la sociedad y ser el superhéroe que todos esperan. (Leer más)


¿Qué hace fascinante a esta película para nosotros?

El enfoque (al fin acertado) de lo que son las relaciones públicas. El personaje interpretado por Bateman es un consultor de relaciones públicas al cual se lo muestra en su labor, buscando que empresarios adopten una idea innovadora en la gestión del negocio. Esto le resulta casi imposible por la negativa de los directivos de la empresa, ya que consideran que es una propuesta alocada.

Por otro lado, se puede ver cómo se aplica hoy el modelo bidireccional de las relaciones públicas y hasta como se da el proceso, si hacemos un análisis más fino. La importancia de la comunicación y el feedback de la misma. Al comienzo de la relación superhéroe-consultor, el profesional le muestra cómo lo percibe la gente, qué sienten respecto de su conducta y qué esperan de él.

Por lo que le propone llevar a cabo una estrategia que modificará esas percepciones negativas sobre su labor como superhéroe con el fin de ser aclamado y reconocido por todos en la ciudad. ¿Qué planea nuestro colega? Un cambio de actitud de los aspectos que a los ciudadanos, policías, gobierno y periodistas no les gusta. Lo primero que Hancock hace es salir del silencio. Con ayuda del profesional, el superhéroe enfrenta a las cámaras de televisión, pide disculpas por su desastroso accionar, anuncia que pagará por los daños ocasionados yendo a la cárcel y que aceptará ayuda para dejar de beber. Esto crea expectativas. El relacionista le enseña cómo tratar a las personas y cómo relacionarse con los policías. Hasta modifica su vestimenta con el fin de que sea lo que visualmente lo identifique.

El resto queridos colegas lo sabrán mirando la película. ¿Por qué tanta alegría? Porque considero que es un pequeño avance para que se comprenda qué es lo que hacemos a diario, que no hablamos de algo improvisado y de poco valor. Estamos hablando de poder. ¡Exactamente! Poder que a veces utilizamos con fines éticos en el marco de las buenas prácticas y a veces se desborda y enloquecemos. Esto es lo que muchos no comprenden de la profesión, tenemos tanto poder y responsabilidad como un médico que tiene en sus manos la vida de una persona.

Hasta llegué a tener recomendaciones de cambiar de carrera por “lo mal vista y paga” que está en Argentina. Les diré que me siento feliz por haber encontrado algo que me llena, me emociona, me apasiona y que sé que en un futuro seguirá siendo igual. ¿Saben cómo se llama? Vocación. Lastima que seamos pocos los que entendamos este sentimiento y no seamos movilizados sólo por el dinero.

sábado, 4 de octubre de 2008

Soy una Radical Libre

Estoy leyendo un BlogBook (libro colaborativo) titulado “El futuro es tuyo, la revolución social de las personas”. Lo pueden descargan aquí. En este post, me interesa realizar hincapié en un nuevo concepto que Andrés Pérez Ortega introduce en su artículo publicado en el BlogBook mencionado. El autor nos acerca a una manera de vivir una profesión, de la cual me siento identificada. Si bien, este enfoque de ejercer las relaciones públicas, o cualquier disciplina, no es algo nuevo ya que considero que gracias a aquellos que vivieron la profesión llevándola a cada aspecto de su vida, contribuyeron a su crecimiento. Claramente lo podemos ver desde el padre de nuestra profesión, Bernays, hasta profesionales de hoy que viven las relaciones públicas con pasión y suman sus esfuerzos para hacer que las relaciones públicas se sigan expandiendo.

Retomando el concepto revolucionario del que hablé al comienzo, el cual adhiero a mi vocabulario y lo utilizaré de ahora en adelante, considero que nos acerca a la mejor definición de las nuevas camadas de jóvenes profesional: “Radicales Libres”. Y no es casual que Pérez Ortega, complete la frase con “el poder de los nuevos profesionales”.

Debemos aceptar que estamos frente a nuevos profesionales los cuales se caracterizan por integrar las relaciones públicas tradicionales y las nuevas relaciones públicas (como a algunos de la “vieja escuela” les gusta dividir) sin inconveniente alguno. Tengamos presente que todavía convivimos con profesores y reconocidos profesionales que hablan de las redes sociales como algo que es una moda y se atan a bibliografías que lejos están de brindarnos las herramientas necesarias para entender lo que estamos viviendo. Pero, no sólo nos encontramos con ésta realidad, sino que hay otros tanto de colegas que se dedican a analizar las redes sociales y su impacto en nuestra profesión y en las organizaciones, desarrollando nuevas herramientas y conceptos. Lo cual es alentador, porque nos indica que todavía hay mucho por investigar y hacer.

Me llamó la atención la combinación de la palabra Radical y Libre. El autor toma estos concepto de la química (Radical libre es una molécula extremadamente inestable y con gran poder reactivo ) y lo relaciona con una actitud profesional que trasciende del ámbito labor y se convierte en una forma de vida.

Los pilares de Emprendedores RRPP están basados en este concepto, que a nuestro entender se resume a nuestras acciones orientadas a romper estructuras dadas y la pasión que nos lleva día a día a querer ser libres en el ejercicio. Es indispensable ser proactivo, rebelde, desconfiado de los paradigmas y recetas dadas, seguir el propio camino profesional y lo más importante sentir pasión por lo que haces.

Aquellos que se sientan identificados con estas palabras, Bienvenidos!